“Decidí hacer este curso exclusivamente por las sensaciones , a pesar de mi situación económica. Podríamos decir que me tiré a la piscina con solo un dedo de agua y ahora me parece que puedo nadar. No tenía trabajo y escasos recursos económicos. Ni tan siquiera me atrevía a verbalizarlo por miedo de los comentarios que podría recibir y porque sobretodo no alimentaran y se desbocara todo. He vivido momentos de precipicio mezclados con una confianza desconocida hacia la vida y al mismo tiempo he llorado de incertidumbre y agradecimiento también. Un batido curioso que me ha enseñado a ser más consciente y presente cada día. A sentirme y a vivir la cosa mas cotidiana con una belleza sublime. Siento mucho amor y noto que las personas se me aproximan de una nueva manera, y muchas veces no puedo evitar una sonrisa, sentirme agradecida y se me caen las lágrimas. La vida me ha regalado un nuevo trabajo, como que se guiaba por vibraciones y que yo tenia unas habilidades innatas difíciles de encontrar. También se ha acabado consolidando un nuevo proyecto de voluntariado donde me han pedido mi presencia para hacer publicidad porque creen que soy una buena comunicadora. Yo ciertamente estoy todavía sorprendida y a veces me pregunto qué es aquello que ven que yo todavía no veo claramente. Y, a pesar de todos los miedos que aparecen en estos nuevos retos, yo sigo confiando y agradeciendo. Mientras continuo maravillándome de como se ha ampliado mi sensibilidad, puedo notar la energía en unos formatos y vibraciones y frecuencias que desconocía. Percibo más las sincronicidades y todos los sentidos se han ampliado y aparecen de nuevos. Puedo notar aquello más sutil, etéreo y sublime. Siento la vida y lo agradezco cada día. Hay algo distinto que me sostiene y me enseña en cada momento que siga confiando.”